lunes, 25 de enero de 2010

No tengo una vida

O bueno sí pero malaprovechada.

Nos la pasamos pensando en amor en que aquel chico, ese de allá, el otro que camina con paso imponente, el mesero, el que ya está muerto... Pensamos sólo en eso, en encontrar el dichoso amor algún día que descuidamos otras cosas. Pero la pasamos bomba igual. Con nuestras depresiones y problemas pseudoexistenciales, que basta tomar una taza de café para decir que nuestro día está hecho, una ronda de chistes locales, unos cigarros. Risas y risas sin parar, debrayes pendejos, malvibres. No drogas. Adicción a las agujas. Sueños de querer estar vestida de blanco leyendo anatomía avanzada, de hacer circo y malavares, de escuchar Pink Floyd hasta morir. Basta de elementos químicos y enfermedades. Extrañar a personas idiotas con apodos más idiotas. Jugar lotería de luchadores de la WWE o de Dragon Ball. Repetir y memorizar diálogos gastados de películas de Tarantino. Ferras y el joto. Ganas de aprender matemáticas como debe ser. Enamoramientos fugaces de cualquier monito imbécil que se trepe al micro. Pasteles de amor, abrazos, besos y sonrisas. Sueños de sexo por dinero. Decir cosas que sólo los geeks saben, pero somos geeks buen pedo. Viboreos, duvalín de fresa con vainilla, chocolates, jícama con chile y sandwich de queso. Té de Rosas, café americano, tisanas y capuccino de cajeta. Coyoacán. Pedas exprés, erizés, malvibrés. Sómos jóvenes y nadamás....